Héctor

Pero vuelve luego al combate. En uno
de ellos, después de despedirse de Andrómaca y Astianacte y acompañado de su
hermano Paris, desafía a los héroes
griegos, no importa cuál, a luchar con él en combate singular. Sin embargo,
Héctor desempeña su papel más brillante en la batalla donde ataque a las naves
griegas. Toda la responsabilidad de la lucha recae sobre él. Durante la
batalla, los dioses intervienen y juegan papeles cruciales: impiden que Héctor
dé muerte a héroes.Pero, a su vez, Héctor está protegido por Apolo; quien
desvía las flechas de Teucro contra Héctor. Finalmente, Zeus ordena a los
dioses y diosas que dejen en manos de Héctor la victoria mientras Aquiles no
participe en la lucha. Recordemos que Aquiles no lucha dada la enemistad que
tiene con Agamenón.

La muerte de Patroclo provoca la ira
de Aquiles y el héroe vulve a la lucha. Con la vuelta de Aquiles a la guerra
Héctor está condenado, pues su destino
es morir en sus manos. Para retrasar el momento fatal, mientras los
héroes luchan, Apolo, el protector, rodea a Héctor con una nube, y Aquiles lo
busca inútilmente. Pero mientras el ejército troyano se retira al interior de
la ciudad, Héctor se queda, él último, ante la puerta Escea. Su padre y su
madre lo animan a ponerse, como todos, al abrigo de la muralla, pero él no atiende
a sus ruegos: aguarda a Aquiles. Sin embargo, al acercarse éste, siente miedo y
emprende la fuga. Por tres veces, los dos enemigos dan la vuelta en torno a la
ciudad, uno en persecución del otro, hasta el momento en que Atenea, tomando la
figura de Deífobo, invita a Héctor a
detenerse, prometiéndole su ayuda. Pero cuando Héctor acepta el combate y se
enfrenta con su enemigo, Atenea desaparece, y él comprende que ha llegado su
hora. Desde ahora, Apolo abandona a Héctor, y Aquiles asesta el golpe definitivo.
En vano, en el momento de morir, Héctor suplica a Aquiles que entregue su cuerpo
a Príamo; Aquiles se niega en venganza por Patroclo. Entonces Héctor, le
predice su muerte a manos de su hermano Paris.
Aquiles horada los tobillos del cuerpo,
lo ata a su carro con correas y lo arrastra alrededor de la ciudad bajo las
miradas de los troyanos. Después el cuerpo queda en el campamento griego, sin protección,
abandonado a los perros y las aves. Ante esta escena, los dioses se apiadan del
cuerpo de Héctor e intervendrán. Zeus envía a Iris al encuentro de Aquiles con
orden de devolver a Príamo el cadáver de Héctor. Príamo, por su parte, se
presenta en embajada al héroe y, contra un elevado rescate, logra la el rescate
del cuerpo de su hijo. Príamo y Aquiles llegan al acuerdo de una tregua de doce
días para que los troyanos puedan
celebrar dignamente los funerales de su defensor. Andrómaca, Hécuba y Helena
encabezarán el duelo.
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ResponderEliminarMuy buen trabajo chicos!
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